El fin de semana largo enmarcado entre el 12 y el 15 de marzo fuimos a pasar unos días a una de las capitales escandinavas que más nos llamaba la atención: København (puerto de mercaderes).
Haciendo lo contrario que dictaría la lógica empiezo por el veredicto así te ahorro el tostón si has llegado aquí sólo para conocer la opinión de un viajero cualquiera.
Veredicto rápido
Copenhague es una ciudad muy cuidada, muy cómoda, muy moderna, muy todo pero un poco sosa y un poco gris. Lo que nosotros vimos y vivimos fue una ciudad perfectamente diseñada para crecer y vivir pero que se queda muy justa para un fin de semana largo como turista.
Quizás la mejor manera de descubrir la ciudad es teniendo alguien allí que ya la conozca y muestre los puntos que realmente marcan la diferencia y que sólo se descubren después de un tiempo viviendo la ciudad.
Si aun quieres saber más sigue leyendo.
¿Por qué Copenhague?
Porque no teníamos preferencia entre Oslo, Estocolmo, Helsinki o la propia Copenhague y los vuelos eran los más baratos (119€ pp). Usamos el servicio de Google Flights para encontrarlo (funciona genial) y volamos por primera vez con Norwegian, una flota súper moderna, cómoda y con wifi!
Siempre nos había llamado la atención Escandinavia porque nos gusta el frío y nos llama la atención cuando vamos a un país teóricamente más civilizado encontrar todo lo que echamos de menos en el nuestro: civismo máximo, transporte público y privado sostenible, amabilidad, educación, absoluto dominio del inglés, policía amable y servicial (a la vez que muy intimidante), entre otros muchos valores positivos.
¿Qué sabíamos de Copenhague?
Muy poco. Nos llevamos en el iPad dos documentales tipo españoles por el mundo para ponernos al día: uno no valió mucho la pena pero el otro sí que nos aportó cosas que, curiosamente, vimos en el avión de vuelta. Como conclusión después del segundo documental: nos dejamos muy poco por ver.
¿Se cumplen las expectativas?
Sabíamos o esperábamos encontrar ese país futurista donde todo funciona y lo que falla se arregla. El dinero de los impuestos se ve en la calle, todo esta limpio, cuidado y dispuesto para ser usado y visitado. La gente es completamente bilingüe, todos tenían mejor inglés que nosotros porque crecen desde el día 0 con él (como en casi todas partes). Las calles están llenas de cafés, restaurantes y panaderías y sitios que son las tres cosas a la vez. Los cafés son buenos y la pasta / bollería tremenda.
La gente es muy amable y servicial y no, no son ni tan guapos ni tan altos como los suponemos, aunque para nada feos ni bajitos. Curiosamente en Copenhague no se ve mucha gente mayor, casi todo es gente joven menores de 45, es curioso percibir la juventud como rasgo de la ciudad.
La ciudad es todo lo que se podía esperar de ella pero es un poco gris en el sentido de que con viento, frío y lluvia pierde mucho, se vuelve triste. El primer día gozamos de un gran día de sol y calor y la ciudad era preciosa. Los días siguientes la cosa fue a peor, el sol da vida a la ciudad por lo que quizás mayo fuera mejor mes para visitarla.
¿Dónde dormimos?
Nuestro primer contacto con AirBnB. Un apartamento a unos 30 minutos andando del centro de Copenhague con una estación de metro y un supermercado al lado. Se tardan escasos 20 minutos desde el aeropuerto. Suelo de madera, cama doble, lavabo minúsulo al estilo escandinavo, cocina completa, comedor con terraza y una caja de Tuborg en la terraza. Quedamos muy contentos.
¿Qué vimos?
Galería de fotos
Coste
- Viajes: 119€ por persona (238€)
- Apartamento: 69€ por noche más tasas AirBnB (191€)
- Gastos acumulados: 360€
- Total: 789€ (unos 100€ por día y por persona)
Consejos
- Nada más llegar a la terminal pudimos comprar en la máquina expendedora una SIM con 2GB por poco más de 6€ que nos permitió usar los móviles para todo lo que habitualmente hacemos.
- Desde la terminal sólo sale una linea de metro hacia la ciudad. Es necesario comprar una tarjeta de 3 zonas que sale a poco menos de 5€.
- Se puede ir andando a todas partes, coger la bici es una opción pero hay que tener en cuenta que no es fácil meterse en el tráfico rodado en hora punta. Están muy acostumbrados a ir en bici, tienen normas de comportamiento propias en ese carril así que los más torpes abstenerse.
- Es una ciudad para ir de café en café, pasear y descubrir sobre la marcha.
- La época ideal para ir es en primavera un poco antes de San Juan: con el buen tiempo pero sin pasarse y antes de que lleguen las hordas de turistas. El frío con sol tiene su punto pero es complicado de acertar.
- Norwegian es una pasada de aerolinea y barata. Un 10/10.
- El paseo en barco por los canales es obligatorio. Nosotros lo tomamos cerca de Christiansborg. Solo hay una empresa y hace siempre el mismo circuito. No hay pérdida.
- Asegurarse de ir en la época en la que el Tivoli abre sus puertas, en 2015 es a partir del 1 de abril. Fue una cagada que aun estuviera cerrado…
- Es una ciudad con mucha cultura: opera, museos, teatros, exposiciones… Para los aficionados ha de ser una pasada cuadrar un evento chulo como excusa para visitar la ciudad, por ejemplo el concierto de Dave Matthews Band.
- El viaje a Nueva Zelanda y vivir en Barcelona creo que ha inhibido nuestra capacidad para apreciar la novedad de cualquier otra ciudad europea que no sean Roma, París y Londres. Deseo de corazón equivocarme y pronto.
Muy buen post David, fácil y rápido de leer, pero con mucho contenido.
Yo también quiero ir a Oslo, Estocolmo, Helsinki, Copenague, etc… y al primero que vaya, dependerá de los precios, desde luego 🙂 Me jode que pude ir a Oslo a 30 euros i/v cuando ryan air iba, en buena temporada y todo, pero no fuí, y ahora están carísimos…
Y si voy a Copenague, seguro volveré a este post!