Hoy me he quedado solico y me he buscado una buena película para verla con tranquilidad. Hacía muchísimo que me había venido recomendada por diversas personas pero no había encontrado el momento de ponerme con esta joya de Lars Von Trier.
Sería muy presuntuoso por mi parte pretender diseccionar completamente lo que el director quería transmitir con su película pero sí puedo presentar las reflexiones y sensaciones que me ha provocado a mí la película. Es una película que difícilmente te deja indiferente. Es muy distinta a todo lo visto por la puesta en escena y por el ritmo narrativo quizás más cerca del teatro y usando sólo recursos más propios del cine para no perder dinamismo. A mí modo de ver una innovación arriesgada pero muy acertada.
La primera reflexión, la más superficial pero no por ello menos importante es que aun es posible hacer muy buen cine con poco presupuesto. Hasta el día de hoy mi referente en este sentido era Memento de Christopher Nolan. Este gran director que ahora se ve reconocido por grandes producciones como Batman u Origen hizo su primera película con cuatro duros (6 millones de las antiguas pesetas si no me falla la memoria), mucha inteligencia y un magnífico trabajo de montaje.