Tras haber tenido un conflicto de intereses con el portabidones de mi mtb resuelto por la fuerza bruta en mi favor me dió por analizar otras alternativas más allá, en este caso las mochilas Camelbak.
El concepto es sencillo: una mochila bien confeccionada y de materiales de alta calidad que en su interior lleva una especie de vegiga con un tubo que hace las veces de depósito para líquidos. Son dos elementos independientes pero que están pensados para llevarlos juntos optimizando así el espacio de la mochila.
En los foros se hablan de tres modelos básicamente: rogue, lobo y mule (de más pequeña a más grande). Para rutas de menos de 3 horas cualquiera de las dos primeras. Para un uso más allá de ese tiempo la tercera.
Mi padre me comentó que durante el Camino de Santiago coincidió con un americano que no paraba a beber y que iba siempre de punta en blanco. Como habrés adivinado el chico llevaba una Camelbak. Y eso me hizo pensar en que ese modelo de mayor tamaño, a pesar de ser más caro, podría ser mejor compra por su posibilidad de uso más allá de las salidas con la bici: senderismo, excursiones, esquiar…